Buenos Aires se convirtió en Londres
Por un par de días se sintió la nube espesa sobre nuestros cuerpos pero después salió el sol.
Cuando no sabés qué decir
Sol G.
Te veo estar, ser un alien con el cuadrado el cuadrado que te atrae tanto más que darme un abrazo. Me gustaría morirme antes de verte aplastado por la inmensidad de las cosas que no importan atropellado violentado espejito, espejo, espejate que alguien me saque de este infierno que es la vida cuando uno se aburre antes escribía canciones de amor ya no tengo un auto para chocar contra el guardarrail ese que tienta a las pobres almas inestables y amarillas —Dame más, te quiero decir. Paralizate conmigo, volemos para olvidarnos, seamos invencibles, caminemos por el barrio que nos crió sin esperar que se caigan las flores chamuscadas de los jacarandás y manchen nuestros zapatos con el tedio del atardecer.
Las máquinas y el tiempo
PI
Un maestro me dijo que las máquinas acumulan experiencia. Es la síntesis de nuestra actualidad. Claro que nosotros, como cuerpos con mente y alma, también tenemos experiencias pero pareciera que hoy en día necesitamos las máquinas para revalidar lo que somos.
Nos aterramos con las premoniciones de la inteligencia artificial pero todos soñamos con una buena tele, un teléfono que tenga capacidad para guardar fotos, para tener miles de aplicaciones y discos duros para guardar, almacenar, retener. ¿Qué cosas? Cosas que son extensiones de uno mismo, como si la idea de guardar nos hiciera creer que le ganamos al tiempo, al paso del tiempo, como si por tener todas las fotos de nuestro recorrido, manipuláramos el recuerdo o mismo, la propia vida.
No me interesa el enfrentamiento: me atrae pensar las incoherencias, los espacios de resistencia. Tenemos tanto terror a que pase el tiempo que tenemos una obsesión por retenerlo. Hay algo de la linealidad de lo temporal que nos paraliza. La realidad es que los momentos y las experiencias desaparecen con uno. El otro tendrá recuerdos míos o experiencias conmigo pero mi tiempo tiene fin, no somos infinitos.
Los grandes movimientos culturales, las olas artísticas, las vanguardias, las ideologías y los fanatismos quedaron en la historia y uno mismo, en su individualidad, se disuelve en ella. Harari lo dice siempre, tenemos la fantasía de que por ser parte de una cosa más grande que uno, logramos experimentar que somos eternos pero por haber sido parte de algo mayor, experimentamos una sensación de pertenecer a algo infinito aunque seamos finitos.
Seremos hombres post humanos, cambiaremos, evolucionaremos, nos modificaremos. Cambiará el mundo y cambiaremos con el mundo. Ortega y Gasset tiene una frase célebre: yo soy yo y mis circunstancias. ¿Por qué tanta resistencia? Encontrémosle la magia al juego, veamos que hay por descubrir. El orden de las cosas no es mi orden pero mi ética es mi ética. Me ocuparé de pensar integralmente de qué manera puedo convivir armoniosamente con la máquina y ser una persona de su tiempo.
Cosas piolas
Una cita (porque siempre vienen bien)
“Poner el cuerpo, ¿a qué se refiere la gente cuando dice que alguien puso el cuerpo o que hay que poner el cuerpo? Me pregunto mas bien cuándo no se pone el cuerpo o cuando se lo depone.”— Romina Paula en Acá todavía.
Un video (porque es agradable a los ojos)
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